CAPITAL HISTÓRICO CULTURAL

MONTALBÁN....CAPITAL HISTÓRICO-CULTURAL DE LA COMARCA "CUENCAS MINERAS"(Teruel).-
LEY 28/2002, de 17 de diciembre, de creación de la Comarca de Cuencas Mineras....
Art 2:" Capitalidad.1.La Comarca de Cuencas Mineras tiene su capitalidad en el municipio de Utrillas, donde tendrán su sede oficial los órganos de gobierno de la misma.
La capitalidad histórico-cultural tiene su sede en el municipio de Montalbán."

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viernes, 28 de enero de 2022

VARIAS GENERACIONES DE UNA FAMILIA MONTALBINA DEDICADAS A LA MÚSICA, "LOS CATAPLINES", GAITEROS DE MONTALBÁN

 Fuentes informativas

1.Asociación Musical de Montalbán.- http://bandamontalban.blogspot.com/

2.-Historia de la música en Montalbán.- https://montalban-fotos.blogspot.com/

"Los Cataplines", gaiteros de Montalbán

Ser gaitero en Aragón es creer en Aragón y en su historia

No existen muchos datos, dado lo alejado de la época, aunque aparece una reseña en la prensa zaragozana en la que se habla de "un gaitero venido de Montalbán" refiriéndose a las fiestas de Estercuel.
La tradición oral ha perpetuado el recuerdo de una importante saga de gaiteros (tres generaciones) que recorrieron con sus instrumentos la comarca de Montalbán (Teruel).

De izquierda a derecha: Manuel Gracia "tío Cataplines", el profesor de clarinete "tío Jabonero" y con el tambor el "tío Matías"


Primera generación: Pedro Gracia

El primer "Cataplines", Pedro Gracia Larrea (1852-1938), tío Cataplines, el Viejo, aunque era natural de Nueros se empadronó más tarde en Montalbán con otros hermanos de su familia. Fue el primero de una saga que no se perdería hasta una tercera generación que, como consecuencia de la modernidad, dejaría aparcado el instrumento del abuelo. Su familia todavía conserva, en perfecto estado, la gaita que utilizaba; es un instrumento bien construido, aparentemente de madera de ébano, con refuerzos de plata en ambos extremos, una sólida funda de cuero la ha protegido del paso del tiempo.
Del tío Cataplines, el viejo, recuerdan vagamente que tocaba de oído y que nunca llegó a aprender música. Al tambor le acompañaba Mariano Coma Milián "El Salmerón". Más adelante sería su propio hijo, Valentín Gracia Coma quien le acompañaría.


Segunda generación: Valentín y Manuel Gracia

A la muerte de Pedro tomó el relevo su hijo Manuel Gracia Coma (1869-1946) que aprendió de su padre a tocar la gaita de oído. De él se conserva otra gaita idéntica a la del padre aunque de otra madera de tono rojizo. Todo hace pensar que ambos gaiteros, padre e hijo, llegaron a tocar juntos en alguna ocasión. Junto con el instrumento se conservan también algunas pitas, algunas de ellas en proceso de construcción, por lo que se puede observar la técnica que empleaban. Las lengüetas son obra de este segundo cataplines.
Manuel siempre estuvo acompañado al tambor por su hermano Valentín (1892-1949) que ya había tocado antes con su padre. De esta segunda generación se conoce algo más que de la primera. Todas las piezas que tocaban las habían aprendido de su padre, con alguna nueva incorporación.
Recorrían las localidades de alrededor; si el lugar estaba un poco lejos venían a buscarlos con los machos o caballerías, pero conocían muy bien los atajos que eran mucho más rápidos que los caminos. No ganaban mucho dinero, pero sí que después de la actuación les invatan a comer en las casas de los pueblos donde iban a tocar.
Tocaban de todo: pasacalles, valses, pasodobles, tangos, y el famoso pasatrés de Montalbán.


La tercera generación de "Cataplines", gaiteros de Montalbán: Manuel Gracia (1907-1970)

Es el último Cataplines, Manuel Gracia Milián. Tocó la dulzaina sólo de chico, enseñado por su padre y también de oído, pero todo esto antes de la guerra. Con 16 o 17 años se fue a Zaragoza y aprendió a tocar el clarinete.
Durante la guerra se metió en la banda de música y aprendió solfeo y música. Llegó a tocar diversos instrumentos, esto le sirvió para dar posteriormente cursos en su propia casa. Uno de sus alumnos fue Alfredo Armengod (padre del famoso Armengod de TV).
Manuel, a raíz de su evolución musical abandonó el instrumento del abuelo sustituyéndolo por el clarinete y el saxo. Según cuentan, transcribió todas las piezas que recordaba de su padre y a las que concedía gran valor. La mala fortuna hizo que las partituras se perdieran en una inundación.
Su formación como músico le llevó a enseñar a gente del pueblo música y crear una orquesta, la Orquestina "La Concha", que tenía mucho prestigio.
Con este último Cataplines se acaba la saga de músicos que pasa de padres a hijos. O quizá no... Desde el año 2002 Sonia Bielsa, nieta de Manuel, está aprendiendo a tocar la dulzaina en la "Escuela Popular de Música" de Zaragoza.


Orquestina "La Concha". A la derecha, en primer plano, Manuel Gracia



El pasatrés


El pasatrés se bailaba por parejas, todos unidos en fila, cantando por las calles: subida a la iglesia, rieras... y por todos los lados, aunque como uno se cayese iban todos detrás de él. Es una canción que se baila como a saltos y todos unidos en grupos agarrados, los chicos cogiendo a las chicas de la cintura, y las chicas por el cuello a los chicos, recorriendo los sitios más dispares mientras sonaba la canción. 

Al pasatrés de mi tío Juan Andrés
Al pasatrés, al pasatrés,
Al pasatrés de mi tío Juan Andrés
Al pasatrés de mi tío Juan Andrés.

A San Blas a Fuenferrada,
A Santa Águeda a Vivel
A Godos a Santa Elena
A bailar el pasatrés.

El día que más se bailaba el pasatrés era el "día de la abuela" de las fiestas del Ángel, o "día de la abuela de los mozos", es el siguiente lunes al fin de semana de estas fiestas. También se tocaba para las fiestas patronales, pero no con el ahínco que se ponía el "día de la abuela". Pues en esos días, cuando los gaiteros comenzaban a tocar el pasatrés, se dejaba lo que se estuviese haciendo y se ponían a bailar, pero no sólo un momento, se bailaba durante toda la mañana hasta la hora de comer. 

Los gaiteros debían ser incombustibles; ellos eran además los que iban dirigiendo y juntando a más gente por todo el pueblo. Según cuentan "el Manuel sí que era un poco gaire", pues siempre les llevaba por los peores sitios, por el río, por los rastrojos, por el lavador (los que estaban lavando dejaban los cántaros allí abandonados), por las eras... Un día les llevó por debajo del puente de Lagarona, río abajo, para salir a la Rambla; aunque lo peor era cuando tenían que meterse por calles estrechas (recordemos que iban agarrados en grupo), entonces sí que tenían que hacer virguerías para no soltarse o caerse. 

Este baile era exclusivo de mozos y mozas, los casados y casadas no participaban en el pasatrés. Lo bailaron tanto con dulzaina como con clarinete o con la misma orquesta que venía para las fiestas y que anunciaba que era la última pieza del baile.
Hoy en día esta tradición se ha perdido y la verdad es que las mozas y mozos estaban deseosos de que llegase ese momento, aunque aparentasen que lo hacían a regañadientes por tener que abandonar las faenas.
(Extraído de la revista Gaiteros de Aragón nº 13, Fernando Bravo,1999)

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