CAPITAL HISTÓRICO CULTURAL

MONTALBÁN....CAPITAL HISTÓRICO-CULTURAL DE LA COMARCA "CUENCAS MINERAS"(Teruel).-
LEY 28/2002, de 17 de diciembre, de creación de la Comarca de Cuencas Mineras....
Art 2:" Capitalidad.1.La Comarca de Cuencas Mineras tiene su capitalidad en el municipio de Utrillas, donde tendrán su sede oficial los órganos de gobierno de la misma.
La capitalidad histórico-cultural tiene su sede en el municipio de Montalbán."

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viernes, 30 de abril de 2021

EFEMÉRIDE MONTALBINA: ¿QUÉ SUCEDIÓ TAL DÍA COMO HOY, 30 DE ABRIL, EN RELACIÓN A MONTALBÁN, EN EL AÑO 1854?...DETENCIÓN Y PUESTA EN LIBERTAD DE UN DIPUTADO PROVINCIAL VECINO DE LA LOCALIDAD

 Fuente informativa: Efemérides Turolenses


En Montalbán, a 30 de abril de 1854   


En Teruel es apresado y trasladado a Zaragoza el diputado provincial del partido de Segura, Jaime Vicente Gómez, vecino de Montalbán, sin que se den a conocer los motivos. Es encerrado en la cárcel del Salder de Madrid, y liberado tras el pronunciamiento de O'Donnell*, siendo nombrado inspector general de la Milicia Nacional de Valencia.


*Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_espa%C3%B1ola_de_1854#:~:text=La%20Revoluci%C3%B3n%20de%201854%2C%20tambi%C3%A9n,militar%20seguido%20de%20una%20insurrecci%C3%B3n

Revolución española de 1854

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Episodio de la revolución de 1854 en la Puerta del Sol, por Eugenio Lucas Velázquez.

La Revolución de 1854, también conocida con el nombre de Vicalvarada —por haberse iniciado con el enfrentamiento entre las tropas sublevadas al mando del general Leopoldo O'Donnell y las tropas gubernamentales en las cercanías del pueblo madrileño de Vicálvaro— fue un pronunciamiento militar seguido de una insurrección popular, que se produjo entre el 28 de junio y el 28 de julio de 1854 durante el reinado de Isabel II. Se puso fin así a la década moderada (1844-1854) y se dio paso al bienio progresista (1854-1856).

El pronunciamiento lo inició el general O'Donnell el 28 de junio de 1854, pero el enfrentamiento dos días después con las tropas fieles al gobierno en la localidad cercana a Madrid de Vicálvaro -lo que dará nombre a la rebelión: La Vicalvarada- resultó indeciso -ambos bandos se proclamaron vencedores-, por lo que las fuerzas de O'Donnell se retiraron hacia el sur vagando por La Mancha y encaminándose a Portugal, aguardando que otras unidades militares se sumaran al movimiento.1​ En su persecución salieron las tropas del gobierno, dejando desguarnecida la capital, un hecho que resultaría decisivo en los acontecimientos posteriores.2

Ante el fracaso del pronunciamiento, los militares que lo encabezaron buscaron el apoyo popular. El general O'Donnell se reunió con el general Serrano en Manzanares quien le convenció de que era necesario dar un giro al movimiento ofreciendo cambios políticos "que no figuraban en sus intenciones iniciales.

Así surgió el Manifiesto de Manzanares redactado por un joven Antonio Cánovas del Castillo, donde se planteaba la «conservación del trono, pero sin camarilla que lo deshonre» y se prometía la rebaja de los impuestos y el restablecimiento de la Milicia Nacional, dos viejas aspiraciones de progresistas y demócratas.3​ De esta forma, según Jorge Vilches, los conjurados pretendían "agrupar a la oposición al Gobierno [del conde de San Luis] y conseguir más elementos de presión sobre la reina". El Manifiesto se hizo público el 7 de julio y en él se prometía la "regeneración liberal" mediante la aprobación de nuevas leyes de imprenta y electoral, la convocatoria de Cortes, la descentralización administrativa y el restablecimiento de la Milicia nacional, todas ellas propuestas clásicas del Partido Progresista.1

Fue entonces cuando empezó la segunda fase de la que se llamaría después la "revolución de 1854" cuyo protagonismo correspondió a los progresistas y a los demócratas que iniciaron la insurrección el 14 de julio en Barcelona -donde revistió especial gravedad por la participación de los obreros- y el 17 de julio en Madrid -donde la difusión desde mediados de julio del Manifiesto de Manzanares movilizó a las clases populares azotadas por el paro y donde fueron asaltados los palacios del marqués de Salamanca-, y del propio presidente del gobierno, el Conde de San Luis, entre otros, así como el de la reina madre María Cristina de Borbón, que tuvo que refugiarse con sus hijos en el Palacio de Oriente; asimismo fue asaltada la cárcel del Saladero para liberar a los demócratas Nicolás María Rivero y Sixto Cámara-

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