CAPITAL HISTÓRICO CULTURAL

MONTALBÁN....CAPITAL HISTÓRICO-CULTURAL DE LA COMARCA "CUENCAS MINERAS"(Teruel).-
LEY 28/2002, de 17 de diciembre, de creación de la Comarca de Cuencas Mineras....
Art 2:" Capitalidad.1.La Comarca de Cuencas Mineras tiene su capitalidad en el municipio de Utrillas, donde tendrán su sede oficial los órganos de gobierno de la misma.
La capitalidad histórico-cultural tiene su sede en el municipio de Montalbán."

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jueves, 24 de febrero de 2022

EFEMÉRIDE MONTALBINA: ¿QUÉ SUCEDIÓ TAL DÍA COMO HOY, 24 DE FEBRERO, EN RELACIÓN A MONTALBÁN, EN EL AÑO 1877?

 Fuente informativa: Efemérides Turolenses


En Montalbán, a 24 de febrero de 1877*   

Antigua imágen de la localidad de Montalbán

Por Real Orden, son designados alcaldes de: Teruel José Torán y Herrera; Albarracín, Ruperto Lahuerta; Alcañiz, Jerónimo Blasco; Aliaga, Juan Sangüesa; Calamocha, Isidro Angulo; Castellote, Ramón Buñuel; Montalbán, Joaquín Villariz; Mora, Antonio Cabañero; Híjar, José Monzón y Valderrobres Domingo Valentí.



Fuente informativa: http://www.historiadeespananivelmedio.es/19-23-11-el-gobierno-canovas-en-1877-1879/

*La España de 1877.-

 

GOBIERNO CÁNOVAS EN 1877-1879.

 Crisis de Gobierno en 1877

 El año 1877 empezó con una crisis de Gobierno, que se tradujo en una remodelación del Gobierno de 14 de enero de 1877:

Gracia y Justicia: Fernando Calderón Collantes

Estado: Francisco Silvela Le Vielleuze

Ultramar: Cristóbal Martín de Herrera

En 1877 hubo una pequeña crisis política en las relaciones de Cánovas y Sagasta en el proyecto de constituir un partido alternante: El Rey nombró senadores vitalicios para el Senado, y de los 110 senadores, sólo 8 eran próximos a los Constitucionales de Sagasta. Sagasta se retiró de las Cortes, pero volvió en 1878, manifestando que lo hacía en señal de moderación política. Por ello, el partido alternante no estaría listo hasta 1880.

En mayo de 1877 hubo un intento de sublevación republicana. Eran los republicanos unitarios de Zorrilla, Cristino Martos y Nicolás Salmerón. Varios generales exiliados en Francia pasaron la frontera española. Ruiz Zorrilla había redactado un Manifiesto-Programa para caso de triunfo de esta sublevación, pero el movimiento fracasó. De todos modos, Ruiz Zorrilla publicó a continuación un folleto tratando de dar una explicación a los suyos, que se tituló A sus amigos y a sus adversarios. Estaban al margen de este movimiento, los republicanos de Castelar, y los republicanos federales de Pi i Margall.

Remodelación de Gobierno de segunda mitad de 1877:

Hacienda, 11 de julio de 1877: Manuel Orovio Echagüe

Marina, 23 de septiembre de 1877: Francisco de Paula Pavía Pavía.

  Crisis del sistema en segunda mitad de 1877.

 En 1877, tras la decisión de Sagasta de no asistir al Congreso, Cánovas se repensó su sistema de alternancia de partidos y empezó a pensar en una alternancia en el Gobierno de él mismo con otro hombre de su mismo partido. Inmediatamente, Sagasta protestó y su modo de protesta fue el retraimiento de sus diputados en los debates parlamentarios, el silencio completo. Ello amenazaba con otra coalición de centro izquierda como la que había tenido lugar en 1868, y Cánovas acusó la amenaza. Pero no cedió hasta febrero de 1878. En febrero de 1878, volvió a aceptar que fueran Sagasta y el Partido Liberal Fusionista la alternativa de Gobierno.

Cánovas dijo que en ese momento ya volvía a ser posible la alternancia, porque Sagasta le había prometido respetar la figura de Alfonso XII y el hecho de la democracia liberal. Pero lo que estaba pasando de verdad era que Castelar se había puesto en conversaciones con Sagasta y con Antonio Romero Ortiz, y el asunto empezó a ser preocupante para Cánovas:

Emilio Castelar representaba a los republicanos unitarios, que iban en alza.

Práxedes Mateo Sagasta, representaba a los liberales progresistas.

Antonio Romero Ortiz, 1822-1884, había estudiado Filosofía y Derecho en Santiago de Compostela y se había doctorado en Madrid. En 1856 estaba en Unión Liberal. En 1868 participó en la revolución de septiembre y fue Ministro de Gracia y Justicia el 8 de octubre de 1868. Se mostró “anticlerical” en la supresión de la Compañía de Jesús, y también era partidario de la unidad de fueros de todos los españoles, o la supresión de fueros vascos. Era contrario a la pena de muerte. En 1871, era partidario de Antonio de Montpensier para Rey de España. En 1881, además de Maestre del Gran Oriente de España, fue gobernador del Banco de España hasta 1883.

El general Arsenio Martínez Campos se sintió traicionado por el Partido Conservador y se sumó a la coalición Sagasta-Castelar-Romero Ortiz, lo que representaba el apoyo de los militares moderados al grupo contrario a Cánovas.

Y enseguida, Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque, José Gutiérreez de la Concha Irigoyen marqués de La Habana, y Joaquín Jovellar Blas de Villate conde de Valmaseda declararon su apoyo a la coalición progresista. Ya no era un tema menor. Por eso, Cánovas se desdijo, y volvió a llamar a Sagasta.

 El carlismo en 1877.

 Carlos VII, tras la derrota del carlismo, protestó en 1877 contra la abolición de los fueros vascos, y el Gobierno de España exigió su expulsión de Francia. Fue expulsado, volvió, volvió a ser expulsado, regresó y fue de nuevo expulsado en 1881, yendo a vivir a Venecia, en donde murió en 1881.

En 1877 Carlos VII se separó de su esposa, sin romper el matrimonio, y convivió con Paula de Samoggy, una húngara con la que visitó diversos países, y corrió grandes fiestas. En 1881 se separó de su amante y volvió con su mujer, Margarita de Parma. Los integristas católicos, partidarios del matrimonio para siempre y la fidelidad entre los esposos, estaban desconcertados, y lo único que se les ocurría era no dar a conocer lo que estaba sucediendo, y que se quedara en cosas entre los entendidos.

Los carlistas se dividieron en dos grupos, uno integrista católico dirigido por Ramón Nocedal, y otro carlista ortodoxo partidario de Carlos VII y de los principios de «Dios, Patria y Rey».

Las ideas del carlismo en ese momento, eran anticuadas y nada progresistas: proteccionistas en comercio, gremialistas en industria, regionalistas o conservadores de los privilegios regionales en economía, pero unitarios en política bajo la autoridad del Rey. Este conglomerado de contradicciones se salvaba gracias a las tradiciones familiares, a relatos del pasado que justificaban que así eran y debían ser las cosas, y por ello habían luchado los antepasados. El carlismo se basaba en una fe, en el tradicionalismo.

En 1877 hubo una pequeña crisis política en las relaciones de Cánovas y Sagasta en el proyecto de constituir un partido alternante: El Rey nombró senadores vitalicios para el Senado, y de los 110 senadores, sólo 8 eran próximos a los Constitucionales de Sagasta. Sagasta se retiró de las Cortes, pero volvió en 1878, manifestando que lo hacía en señal de moderación política. Por ello, el partido alternante no estaría listo hasta 1880.

En mayo de 1877 hubo un intento de sublevación republicana. Eran los republicanos unitarios de Zorrilla, Cristino Martos y Nicolás Salmerón. Varios generales exiliados en Francia pasaron la frontera española. Ruiz Zorrilla había redactado un Manifiesto-Programa para caso de triunfo de esta sublevación, pero el movimiento fracasó. De todos modos, Ruiz Zorrilla publicó a continuación un folleto tratando de dar una explicación a los suyos, que se tituló A sus amigos y a sus adversarios. Estaban al margen de este movimiento, los republicanos de Castelar, y los republicanos federales de Pi i Margall.

Remodelación de Gobierno de segunda mitad de 1877:

Hacienda, 11 de julio de 1877: Manuel Orovio Echagüe

Marina, 23 de septiembre de 1877: Francisco de Paula Pavía Pavía.

  Crisis del sistema en segunda mitad de 1877.

 En 1877, tras la decisión de Sagasta de no asistir al Congreso, Cánovas se repensó su sistema de alternancia de partidos y empezó a pensar en una alternancia en el Gobierno de él mismo con otro hombre de su mismo partido. Inmediatamente, Sagasta protestó y su modo de protesta fue el retraimiento de sus diputados en los debates parlamentarios, el silencio completo. Ello amenazaba con otra coalición de centro izquierda como la que había tenido lugar en 1868, y Cánovas acusó la amenaza. Pero no cedió hasta febrero de 1878. En febrero de 1878, volvió a aceptar que fueran Sagasta y el Partido Liberal Fusionista la alternativa de Gobierno.

Cánovas dijo que en ese momento ya volvía a ser posible la alternancia, porque Sagasta le había prometido respetar la figura de Alfonso XII y el hecho de la democracia liberal. Pero lo que estaba pasando de verdad era que Castelar se había puesto en conversaciones con Sagasta y con Antonio Romero Ortiz, y el asunto empezó a ser preocupante para Cánovas:

Emilio Castelar representaba a los republicanos unitarios, que iban en alza.

Práxedes Mateo Sagasta, representaba a los liberales progresistas.

Antonio Romero Ortiz, 1822-1884, había estudiado Filosofía y Derecho en Santiago de Compostela y se había doctorado en Madrid. En 1856 estaba en Unión Liberal. En 1868 participó en la revolución de septiembre y fue Ministro de Gracia y Justicia el 8 de octubre de 1868. Se mostró “anticlerical” en la supresión de la Compañía de Jesús, y también era partidario de la unidad de fueros de todos los españoles, o la supresión de fueros vascos. Era contrario a la pena de muerte. En 1871, era partidario de Antonio de Montpensier para Rey de España. En 1881, además de Maestre del Gran Oriente de España, fue gobernador del Banco de España hasta 1883.

El general Arsenio Martínez Campos se sintió traicionado por el Partido Conservador y se sumó a la coalición Sagasta-Castelar-Romero Ortiz, lo que representaba el apoyo de los militares moderados al grupo contrario a Cánovas.

Y enseguida, Manuel Pavía Rodríguez de Alburquerque, José Gutiérreez de la Concha Irigoyen marqués de La Habana, y Joaquín Jovellar Blas de Villate conde de Valmaseda declararon su apoyo a la coalición progresista. Ya no era un tema menor. Por eso, Cánovas se desdijo, y volvió a llamar a Sagasta.

 

 

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