MONTALBÁN....CAPITAL HISTÓRICO-CULTURAL DE LA COMARCA "CUENCAS MINERAS"(Teruel).-
LEY 28/2002, de 17 de diciembre, de creación de la Comarca de Cuencas Mineras....
Art 2:" Capitalidad.1.La Comarca de Cuencas Mineras tiene su capitalidad en el municipio de Utrillas, donde tendrán su sede oficial los órganos de gobierno de la misma.
La capitalidad histórico-cultural tiene su sede en el municipio de Montalbán."
En Teruel es apresado y trasladado a Zaragoza el diputado provincial del partido de Segura, Jaime Vicente Gómez, vecino de Montalbán, sin que se den a conocer los motivos. Es encerrado en la cárcel del Salder de Madrid, y liberado tras el pronunciamiento de O'Donnell*, siendo nombrado inspector general de la Milicia Nacional de Valencia.
La Revolución de 1854, también conocida con el nombre de Vicalvarada —por haberse iniciado con el enfrentamiento entre las tropas sublevadas al mando del general Leopoldo O'Donnell y las tropas gubernamentales en las cercanías del pueblo madrileño de Vicálvaro— fue un pronunciamiento militar seguido de una insurrección popular, que se produjo entre el 28 de junio y el 28 de julio de 1854 durante el reinado de Isabel II. Se puso fin así a la década moderada (1844-1854) y se dio paso al bienio progresista (1854-1856).
El 28 de julio el general Espartero hacía su entrada triunfal en Madrid aclamado por la multitud, abrazándose con su antiguo enemigo el general O'Donnell. Así dio comienzo el bienio progresista.8Marchando María Cristina de Borbón al exilio en Francia.
A imitación de las órdenes internacionales, las españolas adoptaron su organización. El maestre fue la máxima autoridad de la orden, con un poder casi absoluto, tanto en lo militar, como en lo político o en lo religioso. Era elegido por el consejo, compuesto por trece frailes, de donde les viene a sus componentes el nombre de «Treces». El cargo de maestre es vitalicio y a su muerte los Trece, convocados por el prior mayor de la orden, eligen al nuevo. Cabe la destitución del maestre por incapacidad o por conducta perniciosa para la orden. Para llevarla a cabo se necesita el acuerdo de sus órganos superiores: consejo de los trece, «prior mayor» y «convento mayor».
El capítulo general es una especie de asamblea representativa que controla toda la orden. Lo forman los trece, los priores de todos los conventos y todos los comendadores. Se debe reunir anualmente un día determinado en el convento mayor, aunque en la práctica estas reuniones se celebraron donde y cuando el maestre quiso.
En cada reino existió un «comendador mayor», con sede en una localidad o fortaleza. Los priores de cada convento eran elegidos por los canónigos, pues hay que tener en cuenta que dentro de las órdenes existían freyles milites (caballeros) y freyles clérigos, monjes profesos que instruían y administraban los sacramento
La Orden de Santiago se estableció en Aragón en 1212, cuando el rey Pedro II donó la villa de Montalbán al maestre Fernando González como recompensa por la ayuda en la captura de la localidad. Se fundó un convento santiaguista en la villa, dependiente del prior de Uclés y organizando mediante una encomienda propia bajo el mandato del comendador Arnal Ferrenchel.
Esta encomienda devendría en la casa matriz de la orden en la Corona de Aragón y su comendador sería una de las altas autoridades de la orden. Por ser una orden originaria de Castilla, se le refiere en las crónicas tanto por la versión aragonesa de su nombre (orden de Sant Jaime), como la forma en castellano Orden de Santiago y por la expresión Orden de Uclés debido su sede central.
A mitad del siglo XIII los dominios de la orden se habían multiplicado mediante donaciones y compras.1 Sus principales posesiones, que constituirían desde entonces su núcleo patrimonial en el reino de Aragón, eran:
La I República española suprimió la Orden en 1873 y quedó reducida a una institución nobiliaria con carácter honorífico regido por un Consejo Superior dependiente del Ministerio de la Guerra, que a su vez quedó extinguido tras la proclamación de la II República en 1931.
La Orden de Santiago, junto con las de Calatrava, Alcántara y Montesa, fue reinstaurada como una asociación civil en el reinado de Juan Carlos I con el carácter de organización nobiliaria honorífica y religiosa y así permanece en la actualidad.
ANÁLISIS LINGÜÍSTICO DE ALGUNOS
DOCUMENTOS MEDIEVALES TUROLENSES
JOSÉ LAGUNA CAMPOS | UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
INTRODUCCIÓN
Como ya señalé en las comunicaciones que presenté en el XX Congreso
Internacional de Lingüística y Filología Románica1 y también en el II Congreso
Hispánico de Latín Medieval 2
, el motivo de no estudiar juntos documentos de
las tres provincias aragonesas se debe a que el hacerlo por separado nos permite obtener conclusiones mucho más fiables, pues los documentos de una u
otra zona no siempre reflejan los mismos rasgos ni las mismas características.
La pretensión de los estudios anteriores, así como la de éste, es poder contribuir a un mejor conocimiento de los rasgos que, del aragonés medieval, nos
reflejan los documentos3
.
Los documentos que voy a estudiar están publicados por Regina Sáinz de la
Maza Lasoli4 y son: el 88 que está fechado en 1283 y trata de cómo don
Gonzalo Ruiz, comendador de Montalbán, da en arriendo a don Domingo
Santa, carnicero de Montalbán, un huerto en esta villa, por un censo anual de
35 sueldo jaqueses; el 100, fechado en 1291 y que trata de cómo Miguel Decho
dona a la Orden de Santiago y a Rodrigo Jiménez de Luna, comendador de
Montalbán, un molino harinero que posee en la Cueva; el 131, fechado en 1299
y que trata de cómo don García López, comendador de Montalbán, juntamente
con otros procuradores de la Orden, cambia a don Jaime Rubert, vecino de la
villa, una viña que la Encomienda posee en esta localidad por otra que dicho
Jaime Rubert tiene en El Algar, término de Montalbán; el 179, fechado en 1311
y que trata de cómo don Benito de Cantavieja, subcomendador de Montalbán,
concede en censo y treudo a don Domingo Hyxarch, estante en Montalbán,
media suerte de huerto en La Zona, por cinco sueldos jaqueses anuales.
La olvidada judería de Montalbán, en el centro de la provincia de Teruel, capital de la comarca de las cuencas mineras turolenses, vinculada a la Orden de Santiago y al Cid Campeador y a un posible refugio de templarios.
Aragón, como sabemos, es tierra pródiga en juderías, pero algunas, aun importantísimas entre los ss. XIII y XIV, han caído en una especie de olvido, por no decir abandono y falta de atención (lo cual a veces es muy bueno para que todo permanezca intacto, auténtico, ajeno a los tráficos de intereses extra-judaicos que conocemos todos)
En el caso de Montalbán, Teruel, a orillas del Río Martín – no confundir con La Puebla de Montalbán, en Toledo- a la vera del castillo que da nombre a la localidad, la primera mención documentada de judería es de 12o8 -ocho años después de la composición del Cantar de Mío Cid, en donde nombran a Montalbán como territorio ya reconquistado. Pertenecía a los dominios del Señorío de Albarracín en la figura de Fernán Ruiz de Azagra, quien también era señor de tierras tan lejanas ,pero aún aragonesas, como Calatayud o Tarazona.
No obstante, su estructura institucional en tanto que aljama fragua en 1309, con el privilegio que Jaime II otorga al Comendador de la Orden de Santiago , Artal de Huerta , a quien permite el asentamiento de diez familias, con la potestad de imponerles tributos y ejercer la jurisdicción civil y criminal.
Entre los linajes registrados en los documentos del siglo XIV – dice M.A: Motis, gran investigador del sitio- figuran los Abeniuçaf–uno de los más numerosos y prominentes–, Abensasón, Abensenyor, Albalá, Azday, Bonjucef, Chiniello, Cohen, Ejea, Golluf, Levi, Menassé y Sahúl, entre otros. Sumaban 564 fuegos o casas, esto es, entre 2.250 y 2.500 personas. Para la época, una enormidad.
Según te pueden contar hoy mismo los mayores del pueblo, la judería se ubicaba en la calle Emaús, desde las escaleras de la plaza de Carlos Castell, teniendo como uno de los accesos principales un pasadizo que se corresponde , hoy número trece de la misma calle de Emaús.
Calles zigzagueantes en cuesta donde predomina los callizos (callejones sin salida y de propiedad privada) y con un edificio que cambia su orientación respecto al resto, para poder mirar a Jerusalén: la sinagoga.
Y la imprenta, porque de aquí salió el primer libro hebreo de Sfarad, en 1475, como se cuenta en el libro El pueblo judío. Odisea a través de los siglos, de Nicholas de Lange. Y era un comentario de Rashi al Jumash (Pentateuco)
Pero durante el último cuarto del siglo XIV , con la inestabilidad política y económica, más la presión fiscal, dicha judería entra en declive. Por un lado, Castilla hostiga a las huestes aragonesas y hay que fortificar las villas, lo que además de costar lo suyo -subidas de impuestos- también lleva implícita una obvia falta de seguridad.
Y además, los progromos de 1391 en toda la Península Ibérica. Los responsables de la aljama de Montalbán escribieron a los de la de Daroca una carta escrita por el escriba local para solicitar dinero de Yosef Caro, artesano judío de Montalbán, que había huido a Daroca a consecuencia de una disputa con otro artesano judío apóstata. (Se puede consultar en inglés, en la página de Sfarad del CSIC ) Estas disputas no son sino ejemplo de la alteración de la calidad de vida de entonces, tras los pogromos.
Juan I no dudó en utilizar la fuerza para obligarles a regresar, emitiendo bandos que advierten de la imposición de severas multas a quienes ocasionaren algún perjuicio a los judíos, estando como estaban bajo la tutela y amparo directo del monarca. Es decir, no parece que hubiera buen ambiente.
Además, a principios del s xv tiene lugar La disputa de Tortosa, que concluyó con la promulgación de una bula del 12 de noviembre de 1414, que precipitó el número de conversiones entre la aristocracia intelectual y financiera, con especial repercusión a toda aljama cercana, como puede ser la misma Montalbán.
Tal era la atmósfera de hostilidad y problema que , bajo el patrocinio inicial de la Iglesia, deciden asignar un lugar idóneo para vivir pacíficamente, separados del resto de la población, como ya se hacía en Teruel, Huesca, Barbastro, Jaca, Belchite y Zaragoza. Fue peor el remedio que la enfermedad: los confinados tras estas murallas se morían de hambre porque los cristianos se negaban a venderles alimento. El monarca les reprendió. Pero ya no quedaba sino liquidar y ubicar a los judíos en otro lugar.
Se van en pleno verano de 1415, tras haber saldado sus obligaciones fiscales y después de que el monarca se escandalizara por haberlos confinado sin sustento en situación de insalubridad.
Algunos aceptaron el bautismo par solventar su penuria.
Quienes no lo aceptan, cerraron el portón de la sinagoga y abrieron la puerta de sus hogares para asentarse en Oliete, Híjar, Monzón o Teruel, que era lo que estaban haciendo los judíos de Barbastro, Alcañiz o Fraga, también invitados a irse de sus casas.
Al año siguiente, un delegado real abrió la puerta de la sinagoga para hacerse su propietario.
Imagen del Martín este viernes. El agua llegó muy cerca del casco urbano.Heraldo
El alcalde de Montalbán, Carlos Sánchez, reclama que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) asuma los costes económicos de reparar los caminos y pasos cercanos al Martín dañados por las crecidas que experimenta este río, la última, el pasado viernes.
Sánchez estima que el río se desborda con mucha frecuencia y que ello es debido a la colmatación de su cauce o, lo que es lo mismo, a una falta de limpieza del lecho del Martín, "un cometido –subraya– que es competencia de la CHE".
Uno de los caminos afectados por la crecida del río Martín en los últimos días.Heraldo
Recuerda el alcalde que en el último año y medio el Martín ha registrado seis riadas. Dos de ellas fueron el año pasado al producirse otras tantas ‘gotas frías’ y cuatro en lo que va de 2020. Explica que el episodio más grave fue a principios de este mes de abril cuando, debido a las lluvias, el caudal del río aumentó llevándose por delante dos kilómetros de caminos.
Sánchez lamenta que el Ayuntamiento lleva gastados 100.000 euros en el arreglo de senderos y accesos a huertos y granjas. Añade que, al carecer de profundidad el cauce, "cada vez que hay tormentas, el agua llega a zonas donde hay talleres y negocios y casi alcanza hasta donde están las casas de la localidad". Indignado, el alcalde dice estar dispuesto a enviar "directamente a la puerta de la CHE" a los vecinos que reclamen la reparación de caminos.