Fuente informativa: Diario de TeruelTras las huellas del Cid | |||
El Camino que recuerda la vida de Rodrigo Díaz de Vivar tiene más de 2.000 kilómetros, y una cuarta parte discurren por Teruel, entre ellos, EL ANILLO DE MONTALBÁN
En una historia infantil que situaba las huellas de Bavieca en un risco de La Iglesuela, en los ecos heroicos con los que los tiempos modernos han vestido su historia o con la cara de Charlton Heston.
Elisa Alegre Teruel
16/02/2014 |
En una historia infantil que situaba las huellas de Bavieca en un risco de La Iglesuela, en los ecos heroicos con los que los tiempos modernos han vestido su historia o con la cara de Charlton Heston. El poder evocador de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, se encuentra en nuestra toponimia, en nuestro imaginario y en nuestras evocaciones, que lo imaginan más en las grandezas del conquistador que en las miserias de un traidor o un mercenario. Porque es un personaje "reconocido y reconocible, más allá de España", como apunta Alberto Luque, gerente del Consorcio del Camino del Cid, y por ello "una gran tarjeta de visita".
En 2013 se cumplió una década desde que comenzó a funcionar esta pequeña entidad, participada por ocho diputaciones entre las que se encuentra la de Teruel, para impulsar una ruta turística que sigue los pasos del héroe, loados en su famoso Cantar. A esta obra medieval debe el camino su diseño, cuenta Luque, porque es una "ruta literaria" que recorre un "camino muy vivo y con gran diversidad". Se trata de casi 2.000 kilómetros por carretera, de los que casi una cuarta parte discurren por la provincia de Teruel, y 1.400 por senderos. Durante todos estos años, el Consorcio ha realizado un gran esfuerzo de organización de las rutas para señalizarlas y divulgarlas de manera temática, así como poner en marcha el sellado del salvoconducto que el año pasado realizaron unas 10.000 personas. Pero se trata todavía de "un producto en desarrollo, que todavía no está en su fase de madurez", cuenta Luque, "porque aún queda mucha gente que no conoce las tierras del Cid".
El atractivo de la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, forjada por la historia y la leyenda, ha sido capaz de articular un producto turístico que se caracteriza por "grandes espacios naturales y poco humanizados", según Luque. Este paso silencioso del hombre durante siglos ha hecho que se conserven casi intactos recursos medievales como las iglesias románicas. Esto tienen en común hoy las tierras del Cid pero también ofrecen diversidad, porque los ramales de este Camino llevan desde la España interior hasta el Levante.
La ruta comienza en un pequeño pueblo al lado de Burgos, de donde parte para el destierro, y finaliza con la muerte del Cid en Valencia. El Camino se configura en rutas que siguen la trayectoria vital del Campeador, que se van uniendo unas con otras a lo largo de cuatro Comunidades Autónomas (Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón y Comunidad Valenciana).
"Es un camino muy extenso, de casi 2.000 kilómetros, y por eso hemos hecho un gran esfuerzo para dividirlo y ofrecerlo en rutas de entre 40 y 300 kilómetros, tematizadas, más entendibles y asequibles para el viajero", añade Luque.
Así, el recorrido puede hacerse en vehículos a motor por carretera, principalmente en vías secundarias de poco tráfico, por lo que también es utilizado por cicloturistas de alforja que prefieren el asfalto al sendero o que van alternando. En concreto, por carretera el Camino tiene una longitud de 1.975,40 kilómetros, de los que 465 transcurren por la provincia de Teruel, es decir, un 23,5 por ciento. Otra opción es seguir las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar a través de los 1.432,50 kilómetros de senderos, 246,30 de ellos por Teruel.
La señal del Camino podemos encontrarla en la provincia de Teruel en 56 pueblos de media docena de comarcas turolenses, y en 25 de ellos el viajero encontrará diversos lugares para sellar el salvoconducto. Se trata de una credencial que pretende recordar el documento que durante la Edad Media se utilizaba para asegurar el paso libre y seguro de viajeros y mercancías.
El pasado año se sellaron más de 10.000 salvoconductos en todo el Camino, según Luque, que apunta no obstante que se trata de una cifra muy pequeña respecto al número de visitantes reales. "Hay pueblos en los que se sella donde solo vive una persona, o que se hace en el bar o en oficinas de turismo que solo abren dos meses al año, por lo que no es fácil a veces encontrarles".
No obstante, cada pueblo tiene diseñado su propio sello y el de Tramacastilla, fue elegido a través de las redes sociales como "el más chulo" de toda la ruta.
Los ramales turolenses
El Camino del Cid no es una ruta lineal, sino que está estructurado en etapas más cortas: cinco tramos, cinco anillos temáticos con identidad propia y tres ramales que unen poblaciones e itinerarios con la ruta principal. De todos ellos, discurren por Teruel dos tramos y cuatro anillos.
El tramo de Las tres taifas (278,4 kilómetros por sendero, 314,7 por carretera) recorre Zaragoza, Toledo y Teruel, desde Ateca hasta Cella, recorriendo por la esa provincia Albarracín y Gea. Esta etapa evoca el paso del Cid por tierras turolenses en su ruta para conquistar Valencia.
El anillo de Gallocanta (47,1 kilómetros por sendero) recorre los pueblos de Zaragoza y Teruel que se encuentran en las inmediaciones de la laguna, donde el Cid instaló, según algunos estudiosos, un campamento para atacar Huesa del Común y Montalbán.
El anillo de Montalbán (147,5 kilómetros por carretera) discurre íntegramente por la provincia de Teruel, por localidades como Calamocha, Navarrete del Río, Lechago, Loscos o Huesa del Común, entre otros.
El tramo La Conquista de Valencia (248 kilómetros por sendero, 220 por carretera) va de Cella a Valencia.
El anillo del Maestrazgo (205 kilómetros por carretera) recorre pueblos de la Comarca Gúdar-Javalambre y del interior de la provincia de Castellón como Montanejos.
El anillo de Morella (99 kilómetros por carretera) une localidades del Maestrazgo turolense y castellonense.
Información actualizada
"Un camino es un material muy sensible, distinto a otros productos, es un material vivo, porque a veces incluso cambia el trazado", apunta Luque, que destaca que cada año se revisan todas las rutas para ajustar la señalización que pueda haber desaparecido y se actualiza la información de los perfiles y de cómo está cada kilómetro. "Siempre hay pequeños problemas, al ser una ruta tan larga y en zonas tan poco pobladas. Preferimos gastar un euro en señalización que en promoción, que el viajero sienta que está recorriendo un producto de verdad".
Y lo dice muy convencido, sin olvidar que otra de las actividades principales del Consorcio es la divulgación, que realizan a través de concursos, exposiciones fotográficas y de las redes sociales. Además, anuncia, van a remodelar la página web para mejorar la accesibilidad a los contenidos, que cada vez serán más especializados, por ejemplo para ciclistas btt o para copilotos en los coches.
Se trata de utilizar herramientas modernas para vivir el mundo medieval de la manera sugerente con la que lo miramos ahora. "El mundo medieval tiene una atracción muy poderosa, en parte por su misterio", y de esa atracción echa mano este camino, de Historia y de leyenda.
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